A 4 meses de las elecciones la mayoría podemos coincidir en que la política está venida a menos. A diciembre de este año, apenas un 15% y 18% aprueba la gestión del Congreso y el Presidente, respectivamente.

¿Podemos esperar algo mejor si las reformas que debieron hacerse no se hicieron? Pretender que lo que venga sea mejor, es una locura. Con organizaciones formadas alrededor de “un líder”, sin programa; y dirigentes que ven la elección como una oportunidad de “lucro”, difícil.

Que “la cuota” para postular no baja de S/. 100 mil; que como en Tumbes solo necesitas 10 mil votos para asegurar 1 curul (de 2), “vale la pena invertir”; que por eso hay partidos que tienen hasta 7 precandidatos; que algunos partidos ponen trabas (¿económicas?) y que ello hace que las condiciones no sean “las más dables”, dicen algunos -con gesto lacrimógeno-. Esto y más se comenta en las calles. (¿Por qué tanto interés? ¿Por qué “invertir” tanto en una campaña?).

Esta elección será carísima. Porque abre las puertas al financiamiento mal-habido o de origen desconocido y porque llevará ‘al poder’ a los que tengan más dinero (no propuestas).

Desde los 17 estoy en política (como universitario, en marchas y protestas, hasta fui dirigente en un partido político); y desde hace varios años soy asesor principal de un despacho parlamentario. Si algo puedo afirmar es que la política no es sucia. No nos equivoquemos, sucios son, casi siempre, los políticos (con honrosas excepciones). 

Lo triste es que a veces los electores se prestan al juego; aceptando las mentiras como propuestas y los regalos como verdades; rematando su voto a cambio de un almanaque. No es la política.

-----

Texto publicado en Diario Correo Tumbes (31.DIC.2015)