Al cierre de esta edición la falta de agua habría superado las 60 horas. La situación es fea y podría significar el fin anticipado del contrato de concesión. Como dice el dicho: lo que mal empieza, mal termina.

Todo empezó a fines del gobierno de Toledo siendo ministro de vivienda el hoy congresista Carlos Bruce. Emfapa Tumbes se encontraba en un proceso concursal por quiebra técnica y financiera. Los gobiernos de Perú y Alemania acordaron mejorar y ampliar los servicios con participación del sector privado, bajo el modelo de una Asociación Público Privada (APP).

El presidente, el ministro y los alcaldes provinciales de entonces -Tumbes (Ricardo Flores), Zarumilla (Roncín Romero) y Contralmirante Villar (Siany Rujel)- le encargaron a Proinversión hacer la concesión para “la mejora, ampliación, mantenimiento, operación, y explotación de la infraestructura y los servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario en la Jurisdicción de los Municipios Provinciales de Tumbes, Zarumilla y Contralmirante Villar y Municipios Distritales correspondientes”. Dato curioso 1: René Cornejo era su Director Ejecutivo.

En Julio de 2005 otorgó la buena pro al Consorcio Latin Aguas (60%) – Consyssa (40%), que dejó en el camino al Consorcio Concesionaria de Aguas de Tumbes [Conal Vías SA. (80%), y Técnica Hidráulica Cuba SA. (20%)], y al Consorcio Conhydra SA (20%)– ESP Hidropacífico SA (60%) – Gecolsa SA (20%).

¿Por qué ganó ATUSA? Simple: ofreció el menor valor actual neto (es decir el menor valor del negocio en toda su vida) del Ingreso Anual Garantizado (IAG). Mientras el máximo valor de IAG estimado por Proinversión fue de S/.62 Mlls, el ganador ofreció S/.26 Mlls. 

En setiembre de 2005 las partes firmaron el contrato sin considerar aspectos fundamentales para su diseño como los riesgos asociados al propio negocio: el riesgo tarifario, el riesgo político; uno en particular, el referido a la posibilidad de transferir el negocio en la fase más importante para este tipo de APP: la operación, como ya lo hemos comentado [ver: El problema del Agua (Parte 2)].

El contrato se limitó a prohibir la venta solo en la etapa inicial de la concesión (5 primeros años). De nada sirvió. Igual hubieron problemas al inicio, retrasos en la ejecución contractual. El consorcio nunca aportó el 100% del capital. Así operó hasta vender sus acciones a la colombiana Aguas de Manizales.

La 'debida diligencia' debió ser la prioridad de las municipalidades, a través de la Unidad de Coordinación Municipal, que lamentablemente nunca se instaló hasta abril de este año. Como lo hemos recordado [ver: El Problema del Agua (Parte1)] una de sus principales funciones era la de cooperar en la elaboración o modificación de los planes maestros que la empresa elabora y actuar “en nombre del CONCEDENTE, en todos aquellos aspectos cuya actuación requiera en virtud de este contrato” (Ver: CONTRATO Pág. 73).

Dato curioso 2: en septiembre de 2011 el ministro de vivienda René Cornejo suscribió las certificaciones de la concesión derivadas del cambio de accionariado de la empresa Aguas de Argentina a Aguas de Manizales quien adquiría el 80% de acciones. Muy optimista, el colombiano Alvaro Franco Valencia, Gerente de Aguas de Manizales, prometía hacer de Tumbes un modelo empresarial exitoso.

Años más tarde, en abril de 2014, un nuevo gerente Juan David Arango Gartner, informó ante el Concejo Municipal de Manizales la situación de ATUSA, reconociendo que la empresa “tiene riesgos evidentes en materia tarifaria, comercial, política y cambiaria”, por lo que se analizaba qué hacer con la compañía desde el punto de vista estructural.

Desde entonces se evalúa la venta de la mayoría de sus acciones para sacudirse de las responsabilidades del contrato [Ver nota]. Curiosamente, lo mismo ocurre por estos lares. Esto apenas empieza.

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Texto publicado en Diario Correo de Tumbes (4.MAY.2015)

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